Continué por la Cañada Real Soriana Oriental, el camino era muy bonito, aunque algunos tramos muy duro y con algo de barro. Y de repente… el cielo se nublo y llego de nuevo la tormenta. Por suerte encontré una cabaña de piedra donde pudimos refugiarnos mi bici y yo, pero empezó a llover muy fuerte y la cabaña tenía más goteras que el cielo, pero todos con chubasqueros aguantamos el chaparrón.
Pasó la tormenta y yo tenía que continuar el camino, lo continué pero el barro no me dejaba avanzar, se pegaba a las ruedas y las atascaba, la cadena se cubrió totalmente de barro, y yo empujaba la bici arrastrándola para buscar la salida del camino.
Pero, milagrosamente, apareció un todo terreno blanco que resulto ser de dos agentes forestales chicas bastante enrolladas que quisieron llevarnos, a mi bici y a mi, hasta la carretera, me ayudaron a quitarle el barro a mi bici y me dieron indicaciones. Se portaron muy bien conmigo, y ellas admiraban mucho el viaje que estoy realizando. Por segunda vez rescatado por los agentes medioambientales.
Llegué a Orusco, donde limpié mi bici con agua a presión en la gasolinera del pueblo, y conocí a una chica que me ofreció alojamiento en el pueblo de al lado, Ambite. Pues fui a Ambite a dormir, allí un grupo de jóvenes tienen una cooperativa agrícola biológica, y aunque la mayoría son de Madrid, alquilan en este pueblo para vivir cerca de las tierras.
Marta, me ofreció su cuarto y ella se fue a dormir con su prima Silvia, que estaba de visita. Tuve un trato excelente, como si me conocieran de siempre, y confiaron en mí aunque fuera un extraño. Estoy súper agradecido Marta.
Dentro de la cabaña llovía también.
Aqui la bici despues de que la limpiaramos entre las agentes y yo.
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No es nieve, es polen. A mi también me sorprendió.
Una central nuclear en unas de las zonas mas bonitas de la Mancha, el señor Burns tiene buen gusto.

Dentro del Cañón del Río Dulce.
Pinché 4 veces al mismo tiempo en la parte mas bonita del Cañon del Río Dulce.

Peregrina, precioso pueblo dentro del Cañón.