
Por la tarde, a pocos kilómetros de Miranda, entre por fin en el País Vasco en la provincia de Álava. El paisaje se transformó, dándome emoción, y sintiendo que el final del camino estaba cerca.
Llegué al camping de Angosto, donde conocí a dos hombres de Barcelona, que creo que eran pareja, super majos con los que compartimos historias. Ellos admiraban mucho mi viaje y me reconocían que el mérito ya estaba hecho llegando hasta aquí.
Al día siguiente aproveché y deje todo mi equipaje en la tienda de campaña y fui con la bici sin carga a dar un paseo por esa zona.




Después volví al camping, me bañé en la piscina, comí, recogí mis cosas y continué la marcha para subir el puerto de Orduña y pasar la última noche del viaje en el pueblo de Orduña.
Al día siguiente, el viernes 8 de junio, solo me faltaban 40 Kms para llegar a Bilbao, pero se complicó mucho la llegada por el tráfico, el nudo de carreteras circundantes a Bilbao y el calor. Pensaba que estaba cerca, pero me perdía varias veces e iba a desembocar a la autovía, y media vuelta y buscar otro camino. Al final un profesor de una autoescuela en un coche de prácticas me explicó el camino mas adecuado para entrar en bici, y en seguida llegué al casco viejo, encontré el carril bici y llegué al Guggenheim donde me estaba esperando Nerea.

Un abrazo muy fuerte a toda esa gente que ha estado siguiendo mi viaje y mandándome energías con las cuales nunca me sentí solo. Y mención especial a mis padres que comprendieron y apoyaron mi viaje.